La misión fundamental de los conductos de entrada consiste en recuperar al máximo la presión total del aire y enviarla al compresor con un mínimo de pérdidas a lo largo del mismo, que se conoce como efecto de recuperación de la presión; el conducto de entrada no debe presentar fenómenos de turbulencia y su resistencia aerodinámica debe ser mínima para no restar características y rendimientos al avión. Para su estudio los dividiremos en dos grandes grupos dependiendo del número Mach para el que se diseñan, subsónicos y supersónicos.
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