En condiciones de funcionamiento, el gasto de combustible de la turbina varía entre límites muy amplios. Si se regula el combustible variando la presión de suministro, el inyector siempre presentará un grado de pulverización muy diferente del régimen máximo a los regímenes reducidos.
Si por ejemplo se diseña el inyector para obtener un determinado grado de pulverización a plena carga, presiones de suministro de 40 a 60 atm, resulta que en regímenes reducidos, el salto de presiones a través del orificio del inyector disminuye tanto que se obtiene un grado de pulverización inadmisible.
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